La mañana sigue nublada. Una lluvia escasa y un desagradable viento
sur, se unen al casi cotidiano viaje en autobús, en esta forzada
introspección. Mis seres queridos llevan tiempo aconsejándome que me
centre, que no me disperse dejando jirones cargados de palabras en esa
múltiples bitácoras donde escribo vacuidades. Me cuesta seguir consejos,
asimilar razonamientos ajenos cuando rozan la esfera personal. ¿Quién
lo diría? Media vida dedicado a dar consejos, a intentar transmitir
conocimientos, provocar debates y a que se generen ideas en ellos... y
me cuesta aplicarme las mínimas reglas que cualquier persona debe seguir
para no quedarse en el estadio de ameba de su desarrollo personal.
Resumiendo, he decidido reducir mi presencia en la blogosfera. Voy a
intentar publicar en un único blog, en el intitulado "Desde la muga",
aquellas entradas que son sencillamente una especie de catarsis, de
terapia, contando alguna verdad y, sobre todo, cultivando el bello arte
de la mentira, la fabulación. Al fin y al cabo, esa frontera o muga que
existe entre tu verdad y mi mentira es tan neblinosa que recuerda muchas
de mis percepciones visuales.
De vez en cuando replicaré, en descarado autoplagio, alguna de
estas entradas en mis otras bitácoras, cuyo número casi desconozco.
Alguna vez me has comentado el por qué de tantas y tan diferentes
ventanas o caras. No lo sé, supongo que hay una mezcla de narcisismo
inmerecido, de afán por compartir inquietudes en esa laberíntica, fría y
anónima red, de intentar mejorar mi esgrima literaria, de dejar fluir
algunas de mis múltiples caras... no lo sé, sinceramente no lo sé. Sabes
que me gusta Pessoa y, tal vez, intentando recrear algún que otro sueño
juvenil en el que llegaba a ser escritor, médico tropicalista y otras
miles de cosas más que se quedaron por el camino, el hecho de crear
múltiples bitácoras era una especie de mala copia de sus numerosos alter
egos. ¡Ahí se quedan, como la basura espacial! Tal vez algún día en que
la pereza no me gane la partida realice una limpieza y deje un poco más
liviana su carga. No prometo nada.
Las entradas de carácter científico y pseudo científico seguirán apareciendo en "Mikrobios"
. Debo ser fiel a la institución para la que trabajo y si las magras
visitas que recibe el blog sirven para algo, no seré quien niegue esa
humilde ayuda. Trataré de ser más constante, sobre todo ahora que veo en
el horizonte una futura reducción, bastante racional, del número de
clases que tendré que impartir. Este curso y los cuatro anteriores, mi
docencia real ha sido excesivamente superior a la debería haber
impartido. Este hecho lo han tenido que sufrir mis pacientes alumnos. Si
en condiciones "normales" mis clases no son memorables por su bondad,
con esta saturación de clases su calidad se ha deteriorado de forma
evidente. Aprovecharé este oasis temporal para escuchar de verdad a mis
colaboradores, para que nuestro equipo de investigación no padezca tanto
mi autismo y que mis estudiantes de doctorado noten que verdaderamente
existo.
Termina el trayecto del autobús y con él acaba esta entrada. Lo
escrito, estaré aquí de vez en cuando para contarme muchas mentiras y
alguna verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario