27 octubre 2006

Desde las sombras, de vuelta a las sombras

Desde las sombras, de vuelta a las sombras.
Es ese el momento concreto, exacto, en que los recuerdos se vuelven huidizos espectros, fantasmales siluetas en grises y tonos oscuros, con más proporción de la tinta de la pena que de la alegría.
Subes la cuesta del día, respirando con desgana, sintiendo que cada paso va a ninguna parte y es costoso, sangrante, que permite al parar a descanar en el rellano y ver, contemplar apenas, como se escapan, fluidas, tus últimas energía.
Y esperas, impaciente, pero sensible, que la noche traiga un viento fresco de esa cercana y maternal mar para aliviar la angustia, la insensible angustia.
La noche serena que calmará como un bálsamo el doloroso latir de las interminables heridas y en un susurro monótono te recuerda que todas hieren y pero que es esa última saeta, con su fúnebre letanía, la que finalmente remata.

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