Recorrió inmensas distancias en el espacio y la mente, entró en la Ciudad Sagrada, Prohibida, soñó en las arenas ardientes de Arabia, los caudalosos y espirituales ríos de la India, las ignotas sabanas de África, las revueltas aguas del golfo de Guinea o las amplias y nuevas tierras americanas, cultivó las más diversas culturas y lenguas, tradujo obras eternas (“Las mil y una noches”, “Kama sutra”, Ananga Ranga”,…), estudió las diferencias y semejanzas de la especie humana, sus relaciones y creencias, y las describió en numerosos escritos que se llevó, en gran parte, el fuego purificador de la intolerancia religiosa… de su amada esposa.
A su muerte, su viuda, católica integrista, echó a la pira purificadora una gran cantidad de su material antropológico inédito, inapropiado en su descripción de costumbres humanas que eran inadecuadas para la sociedad puritana de su época.
Sea este un pequeño tributo desde la nada, en la inmensidad de la noche y del tiempo. Que las claras fuentes del Nilo limpien el cansancio de su curtido rostro cada mañana de esta blanca eternidad pero no borren su nombre.
27 abril 2008
Víctimas de la absurda moral religiosa: Richard F. Burton (1821-1890)
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1 comentario:
Burton nunca llegó a las fuentes del Nilo y sostenía que su compañero de expedición se equivocaba.
Burton fue el primer no musulmán q entró en la Meca en más de mil años
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