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Introspección
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17 septiembre 2011
Last Tango in Paris
02 enero 2011
Los mejores deseos para el año 2011
02 mayo 2010
La bonanza de las Antillas
04 febrero 2009
Autopista "Dos Mares": ¿Crisis? ¡Asfalto y hormigón!
Los momentos de crisis son los que hacen que los políticos brillantes muestren sus mejores virtudes. Por eso me sorprende que para salir de una crisis provocada por un sistema económico en el que sólo prima el dinero fácil, se intenten emplear los mismos métodos viciados que nos han metido en ella. Nuestro país tiene el triste privilegio de ser el primero entre los europeos en el número de personas sin empleo y con un futuro más incierto.
Se busca la solución cambiando el ladrillo por el hormigón y el asfalto para acometer nuevas autopistas y carreteras. Cuando hayamos destrozado lo poco que queda sin degradar de nuestra Península ¿Qué haremos?
Llenar de asfalto de peaje nuestra tierra no es paradigma de una economía sostenible ni comprometida con el medio ambiente. Es triste recordar que hay miles de kilómetros de vías férreas abandonadas, de montañas horadadas por túneles que en un tiempo se consideraron puertas al progreso. Hoy nos hemos olvidado de lo hecho, de reciclar y reutilizar lo que tenemos y nos dedicamos a agredir nuevamente a nuestra particular Gaia con nuevas “proezas” tecnológicas.
Un caso concreto es el proyecto denominado A 69 o autopista “Dos Mares”, una profunda herida que pretende atravesar el norte de Burgos para comunicar Cantabria con el Mediterráneo. Una nueva idea para alienar una región donde la naturaleza todavía respira. Por estas tierras se realizó la línea de ferrocarril Santander-Mediterráneo, largo y hermoso trazado con túneles, trincheras y kilómetros de raíles perdidos.
¿No sería mejor reconstruir el ferrocarril para volver a transportar personas y mercancías?
De paso se conseguiría que un elevado número de personas tuviera un trabajo estable y sostenible.
08 noviembre 2008
Pongamos que hablo de Obama
Hay personas que despiertan una gran esperanza entre los demás. La ilusión recorre las calles y se vuelve contagiosa. La esperanza es mayor en tiempos de crisis. Ilusión, esperanza y crisis se combinan y crean una atractiva sensación de que todo se mueve a un ritmo vertiginoso. Obama es en estos momentos una gran esperanza para millones de personas. Una esperanza de que las cosas cambien, se modifiquen para favorecer de forma equitativa a todos. La esperanza no tiene mucho que ver con el realismo. ¡Qué más da! A mí también me ilusiona y tengo grandes esperanzas en su gobierno. Sin embargo, los siglos van pasando con grandes cambios externos que no lo son en la estructura fundamental de la psique humana: siempre hay personas que están arriba y otras que estamos debajo, mucho o poco pero debajo.
La esperanza es un arma de doble filo y debemos recordar que “En el fondo de la caja” de Pandora, dice Michael Köhlmeier, “no quedaba más que la esperanza, que había permanecido sin poder salir. Desde entonces, la esperanza fue administrada por Prometeo, quien la custodió y nunca dejó que sus criaturas la percibieran completamente. La esperanza es una medicina muy fuerte, en su forma pura, sin diluir, puede hacernos daño. Por eso Prometeo se cuidó mucho de que la esperanza no fuese administrada sin el recuerdo”.