Las tardes de octubre se pasan de frías (y parece que noviembre viene contento). Como si no fueran con uno, las temperaturas externas e internas tienden a equilibrarse. Y no sólo eso. En cuanto te descuidas pasas a ser parte del escenario (¿o es mobiliario?) urbano.
Empiezas a escuchar que viene una ola de frío en la emisora sintonizada en el automóvil como si no supieran tus huesos y articulaciones que la ola ya está aquí. Eso es lo bueno que tiene la edad, o más bien tener cierta edad, que el barómetro ya lo llevas incorporado.
Frío, crisis económica, banqueros llorando lágrimas de champán y babas de caviar… y en esto que viene la reina a deleitarnos con sus sabios consejos. Así somos y así seremos (¿?), súbditos obedientes y complacientes. Hoy de ti, mañana de mí, súbditos de este reino global que amanece gris entre tanto pobre banquero rico al que tenemos que subsidiar entre todos.
Y que no decaiga la alegría, que con vaselina la sonrisa sale más amable y festiva…
A todo esto ¿es cierto que Bush nos deja? ¿será un sueño? Tal vez todo no sea malo este noviembre que comienza.
31 octubre 2008
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