No termines el día con un mal pensamiento, con un triste recuerdo.
No merece la pena.
Cuando cierres los ojos antes de recibir la bendición del sueño, intenta rememorar un hecho feliz de tu vida, seguro que viviste alguno.
Te lo agradecerá la noche, te lo bendecirán los justos, los que confían en la bondad del ser humano.
Encontrarás que el despertar te estará abriendo una nueva puerta a la esperanza.
Te sentirás un poco más vivo.
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