18 julio 2006

Nómadas de asfalto urbano (catártico)

¡Qué lejos tenemos que ir para poder encontrarnos a nosotros mismos!
La búsqueda comienza para muchos al descender de la cuna y calzar por primera vez zapatos, más decorativos que útiles. Este buscar se encuentra con grandes dificultades porque todo (o casi) nos viene programado en este Occidente urbano y comienza la guardería, la escuela, el instituto, el trabajo o la universidad, los cursos de mantenimiento, la competición obsesiva por ganar un euro más al mes que tu vecino de mesa o de cadena. Porque aunque no trabajemos en una cadena de producción real, estamos metidos en la cadena, en la cadena de eslabones donde no llegamos a ser ni siquiera un tornillo o un remache.
La sociedad urbana es como una jaula para el ser nómada que habita en tantos de nuestros interiores. A muchos de nuestros genes les cazó a contrapie (a desmano, que más da) el Neolítico:
¡eran genes de felices cazadores vagabundos que vendieron su alma por un plato de lentejas!

2 comentarios:

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