Lleva la mañana sus minutos de luz intentando atravesar la tenue bruma.
Se adivinan a lo lejos la torre de la iglesia parroquial y las evanescentes siluetas de los árboles del parque cercano.
Las campanadas de la siete sonaron rotundas hace bien poco acompañadas del temblor de un motor que peleaba con una cuesta pronunciada.
¿Serán hechos premonitorios de un nuevo día de calor?
Seguro que no, que son meras conexiones que mi mente quiere realizar porque se le antoja.
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