¡Qué fácilmente olvidamos el dolor recibido cuando cambian las tornas!
Ayer nos pisaban, nos relegaban, nos insultaban.
Hoy hemos subido un peldaño en esa artificial escala social, estamos más cerca del poder o nos hemos integrado en él.
Ahora somos el perro que lame la suela del zapato de su amo y muerde la débil carne de los que están por debajo de nosotros.
¿Algún día se convertirán en perros, los hoy mordidos por nosotros, y morderán a los que fueron antes sus iguales?
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