16 mayo 2006
El viento en las velas (Guirigay)
¿Y qué ha sido de tu sueño, de tu anhelante ilusión perseguida?
¿Qué fue de tu dorada ciudad del sol, del hermoso paraíso obrero?
¿Dónde ha quedado la fuerza del viento hinchando tus velas?
Te sentías tripulante del Argos, surcando procelosas aguas oceánicas en busca de tu vellocino de oro. Observando los agrestes acantilados donde el enemigo vigilaba tu travesía, sentías la fuerza de la sangre golpeando en tus sienes. Te sentías un intrépido Odiseo, un justo Eneas, un Alejandro visionario. Todos tus héroes antiguos se fundían en tu clara mente y creaban un alma, fuerte y libre.
¿Acabó tu visión profética en un sofá, tirado frente a un televisor, viendo a veintidós jugadores correr tras una esfera de cuero?
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